sábado, 6 de octubre de 2012






David Cronenberg vuelve a las pistas con una película intensa, llamativa y altamente compleja en su lenguaje, llena de términos psicoanalíticos que construyen la intensa relación entre un joven psiquiatra Carl Jung, su joven paciente Sabina Spielrein y el doctor  Sigmund Freud.
La película recorre de manera intensa el tratamiento que comienza Jung con su paciente Sabina, tratamiento que aprendió del profesor Freud, el cual  era conocido como “psicoanálisis” o también como “la cura del habla”. Es así como durante el proceso Jung llega a conocer las intimidades de la joven y su experiencia de violencia física que de pequeña sufrió a manos de su padre. Es aquí donde confirma la teoría del Dr. Freud, al darse cuenta que los síntomas emocionales se relacionaban con las conductas sexuales de Sabina. Con el paso de los días comienza a  nacer una secreta relación entre ambos.
De apoco la historia va contando cómo de  ser una promesa y un posible heredero intelectual de Freud, Jung comienza a cuestionar los postulados de éste y plantea ideas propias, llegando ha convertirse en unos de los exponentes más importantes del psicoanálisis actual.
Si bien la película comienza siendo intrigante y apasionada en sus movimientos, a ratos se torna compleja debido a los  diálogos largos con un lenguaje y temática que requieren del espectador un conocimiento previo. Aun así se convierte en una película didáctica, capaz de hacer posible el conocimiento de este autor a públicos que desconocen de él, y de esta manera potenciar uno de los elementos importantes del cine, el ser una herramienta educativa.
La película logra seducir a manos Michael Fassbender, Viggo Mortensen, Keira Knightley y Vincent Cassel y bajo la dirección de un director que sabe como despertar las emociones en sus seguidores y quedarse en sus mentes, tal como la patología más severa, al más estilo de Sabina Spielrein.




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